II – Welcome To Aberystwyth.

La primera semana en Aberystwyth fue muy interesante y sobre todo, toda una experiencia. Lo primero que tuve que hacer fue empezar a moverme –lo cual no he parado de hacer- tras cinco minutos de reflexion en una habitación fría y completamente vacía. Lo primero fue saciar el hambre y aprovisionarse de todo tipo de cosas que pudiese empezar a necesitar en los primeros días. Pero lo que más iba a necesitar, era gente con la que charlar y, estando en una residencia, sabia que de eso no me iba a faltar. “Si te sientes solo es porque tú quieres.”

Desde luego, cuando llegue ya había gente en la residencia, pero hubo gente mucho más espabilada que yo que no pensó en mejor manera de conocer a la gente que ¡Organizar una fiesta! Y rondando yo por la noche por el exterior del edificio el primer día, escuché el sonido de un saxofón en la sala de la televisión. “Allí había una fiesta” y sin pensarmelo mucho me encaminé hacia la sala de la televisión hasta que me encontré frente a frente con la puerta. Ya no sólo podía escuchar el saxofón, sino a multitud de gente charlando animadamente (barullo que se llama). Estuve allí parado lo que serían diez segundos, los cuales me parecieron minutos y, tomando una bocanada de aire fresco, entré en la habitación donde apenas cabía un alfiler. Allí empece a conocer (que no aprender) los nombres y lugares de procedencia de toda la gente mientras comíamos 'crisps' y tomábamos 'GYN' con limón. Todos los que estábamos (que no todos los que éramos) hablábamos inglés en primera instancia, pero ninguno era del país.

Television Lounge
Mauro y su saxo
La residencia está situada en un lugar llamado Llambadarn (que para pronunciarlo en galés casi hay que escupir primero) que es donde están principalmente los estudiantes de 'exchange' o internacionales. No sólo se encuentran los internacionales, pero hay que tener en cuenta que hay muchos edificios de residencia. Aquí se encuentra uno de los campus de la University of Wales Aberystwyth, que está más relacionado con estudios de campo como “Rural Sciences”. Más adelante os contaré en profundidad sobre la localización de este campus y el resto de la Universidad.

Una de las características que hicieron de la primera semana una semana de adaptación fue que las primeras clases empezaban el jueves y, mientras tanto, tan sólo tenía que hacer el registro de asignaturas, que en mi caso fue muy sencillo, e intentar localizar los lugares en los que tendrían lugar mis clases para no perderme los primeros días y llegar tarde.
Lo que hizo sencillo el registro de asignaturas fue que el número de estudiantes de intercambio (a los cuales se les hace un registro personalizado un día antes que a la marabunta de estudiantes del Reino Unido) que estudiaban informática este año en la universidad ascendía a la cifra de 'uno': un servidor. La mayoría de estudiantes de intercambio estudiaban 'law' o 'international politics' cuando no Inglés. Otra característica fue que, a diferencia de los estudiantes de por ejemplo inglés, mi carrera existía como tal y no tenía que coger asignaturas de diferentes estudios que pudiesen ser adecuadas para una futura convalidación.

Aberystwyth está en Gales
Llanbadarn Fawr, Penglais y Aberystwyth
Desde luego si pensaba yo que no iba a tener mucho más que hacer aquella semana estaba totalmente equivocado ya que la primera semana había multitud de actos de presentación y de guía para los 'freshers' en la Universidad. Al primero de ellos al que asistí fue al de presentación oficial para los 'exchange' en el cual comenzamos con charlas de todo tipo de personas importantes de la Universidad y de introducciones y datos de interes sobre el lugar en el que nos encontrábamos.

Aberystwyth tiene una población, si no me equivoco, de unos 14.000 habitantes que se ve incrementada en 8.000 estudiantes cada periodo educativo. El nombre, en Galés, significa algo así como “La Desembocadura del Ystwyth” que como adivinaréis es un río que viene de tierra adentro y acaba su recorrido en el mar, justo aquí. Y es que el pueblo está situado entre dos o tres colinas bajas y en las orillas del mar, que se sitúa en el oeste; os podréis imaginar pues, que las puestas de sol que se contemplan aquí son realmente espectaculares.

En la realidad es mucho más bonito
Además nos comentaron los números y lugares a los que acudir en caso de emergencia sanitaria, psicológica, etc, etc... amén de presentarnos a un señor gendarme con todos sus bártulos típicos del país (como el sombrero en pico con el escudo de la policía) para que les sepamos identificar.

Tras finalizar la charla, tuvimos un 'meeting' para almorzar (sandwiches y fruta) y conocer a todos los internacionales del lugar, que eran muchos más de los que hubiese pensado al ver a la gente de la residencia. Y es que... hay mucha gente que no vive en la residencia de Llambadarn sino que viven en apartamentos a lo largo y ancho del pueblo. Allí conocí a más españolas y españoles y tuve algunas más que interesantes charlas con gente de países tan lejanos como Japón.
La verdad es que un día antes de la charla me fui a investigar, con una fotocopia-mapa a ver si conseguía llegar al campus de Penglais, que es donde se iba a celebrar el acto; más concretamente en el Arts Center. Con el mapa en mis manos fui andando y andando y andando y llegué. Llegué a la ciudad de Aberystwyth, o pueblo, o como queráis llamarlo. (Digamos que entre pueblo -village- y ciudad -city-, o lo que es lo mismo: town). Me encanto el lugar, y me sigue pareciendo un lugar estupendo cada vez que voy por entre sus calles, con casas bajas, tiendas de ciudad, todo gente joven, y el mar...

El sur
El norte
A la vuelta, como ya estaba oscureciendo, me pareció que lo mejor era irse de vuelta a la residencia. Vamos, que acabé en el campus de Penglais, que era donde quería ir al principio. Y de alguna manera, no se bien cómo, descubrí uno de los caminos más útiles y rápidos para ir desde ese campus hasta el campus en el que se encuentra mi residencia. ¡Qué suerte!
El primer acto no fue el único oficial para conocerse los ERASMUS entre sí, ya que la coordinadora de los estudiantes internacionales organizó en el Old College una merienda-cena para que hablásemos entre todos y nos conociésemos, mientras probábamos algunas de las delicias típicas galesas -que en los supermercados valen igual de caras que las comidas típicas de cualquier lugar en España- y bebíamos alguna cosa.

En uno de estos actos conocí a algunas españolas (y un español) que viven en una casa en la ciudad y donde pase toda la tarde, ya que llovía mucho, y se estaba muy bien en compañía, viendo Friends en la televisión. Allí se cogen unos 3 canales y, aunque las televisiones valen relativamente muy baratas, hay que pagar una licencia anual para ver la television de, si no recuerdo mal, 120 pounds. Eso sí, en mitad de Friends no había ningún anuncio. Y sí, si os lo estáis preguntando, uno de los canales era BBC (o común mente conocida por aquí como la “beeb”) Wales que gran parte de su programación -como el programa de cocina de todas las tardes- es en galés.

Old College
Un camino rápido
Una amarga experiencia en la residencia, que posteriormente se queda como anécdota -hasta que lo vuelvan a hacer los muy...- es el simulacro de incendios a las 8:30 de la mañana. Y es que aquí están muy asustados con el tema del fuego (por algo será) y hay carteles por todos lados de las instrucciones a seguir en caso de incendio, montones de puertas anti-incendio en todos los edificios con pasillos -es decir, todos-, y montones de medidas de seguridad. Una de ellas es hacer simulacros de incendio. Así que a esas horas de la mañana tuvimos que salir de nuestras camas -o incluso la ducha- con lo que llevásemos puesto y salir al viento gélido mañanero para coger un resfriado. Pero lo peor de todo es el repentino despertar por una más que desagradable, y muy alta, alarma de incendios que, por cierto, se prueba todos los viernes a las 10 para saber que está preparada para sonar. Me pregunto si los ingleses sabrán eso de “Que viene el lobo. ¡Que viene el lobo!”.

En la primera semana aconteció también la presentación de los clubs de deportes al más puro estilo de las películas. Cada club con un stand más o menos grande en el Sports Cage, tratando de atraer la atención del público con todo tipo de posters, música, pegatinas y gente buscando a sus “víctimas” a quien convencer para que se unan al club. Que decir tiene, que los clubes que más atención atraían eran aquellos que tenian animadoras y que no dudaban en usar para conseguir atraer a cuanta más gente mejor. Y es que en Aberystwyth hay muchísimos clubs de deportes y actividades con las que podrías llenar tu estancia durante un año entero solo haciendo lo que te gusta, sin clases ni trabajos. Ay, la de clubes a los que me habría apuntado yo si no tuviese tantas clases... Desde los deportes más clásicos y conocidos como el fútbol o la esgrima, hasta algunos más exóticos e interesantes como el surfing o el ahikido (al cual más de uno que conozco se ha apuntado). De todo, y a unos precios simbólicos por el hecho de tener la tarjeta del club de deportes y ser estudiante de la universidad. ¡Hasta tiro al plato!

Sen to Chihiro no kamikakushi
Todo hay que decirlo, el curso empezó más que interesante. Las expectativas se habían cumplido de sobra. A los profesores (de los cuales ya hablaré más adelante, y de sus respectivas clases) se les entendía estupendamente; los momentos en soledad habían desaparecido -si los llegó a haber- con los muchos conocidos que te alegran el día pudiendo charlar con ellos en un más que interesante intercambio de idiomas e inglés; y por si fuera poco, en el primer correo semanal de la universidad se dio a conocer la Anime Society que proyectaría el jueves, para disfrute de todos, “Spirited Away” o, para que nos entendamos todos, “El viaje de Chihiro”. La proyección tuvo lugar en una de las aulas de “gran pendiente” que tiene el Hugh Owen Building y, para mi sorpresa, allí no encontre a cuatro gatos aficionados al anime con los que poder charlar animadamente al final de la película; ¡La sala estaba repleta de gente! Y para mayor satisfacción, la mitad de los conocidos de la residencia estaban allí. ¡Maravilloso! La película se proyecto en japonés con subtítulos y fue el impulso definitivo que necesitaba para recorrer el resto del semestre hasta las navidades, con una gran satisfacción y encontrándome, por decirlo de alguna manera, tan a gusto como en casa.
Y es que, una de las razones que han hecho que mi vida en Aberystwyth haya estado plagada de momentos inolvidables y de gran diversión -sin casi otro momento de tristeza o depresión que la separación- ha sido la convivencia con magníficas personas con las que, para convertirlas de desconocidos a “mates”, tuve que pasar muchos ratos en todo tipo de sitios durante las primeras semanas. Un ejemplo de esto fue la genial tarde que pasamos en un pub del pueblo, de los que si te dijesen que allí habían tocado los Beatles te lo creías; con sus estanterías de madera con viejas herramientas, las vigas, escaleras y barandillas de vieja madera oscurecida y, por supuesto, un enmoquetado suelo. Allí estuvimos viendo, en las múltiples televisiones que poseía el local, el partido Inglaterra VS Gales, todo un derby al estilo del RM y el ATM y aquel día todas las ventanas de las casas por todas las calles se llenaron de banderas inglesas y galesas.
The Scholars